19. Había una vez un chico en el campamento que amaba los peces.

(Leer en inglés y/o turco)

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Había una vez un chico en el campamento que amaba los peces. Los chicos no estaban permitidos en el campamento. Pero este chico era el hermano menor de alguien, y por alguna razón, le permitieron quedarse. La siguió a la mamá de Amy y Zoe todo el día, todos los días, o por lo menos cuando lo dejaba, porque se había enamorado de ella, aunque habrá tenido tan sólo once o doce años. Todo esto fue hace muchísimo, antes de que nacieran Amy y Zoe.

El chico hablaba todo el tiempo sobre la pecera que tenía en casa y sobre sus peces exóticos. Era un chico inteligente, y siempre hacía sus tareas muy rápido, así tenía tiempo para cuidar a los peces después. Limpiaba la pecera y los miraba y les hablaba y les ponía diferentes tipos de música.

Un día, cuando se hizo adolescente, se suicidó. La mamá dice que es una prueba de que no se daba cuenta de lo que hacía, el hecho de que se hubiera disparado frente a la pecera, rompiendo el vidrio y desparramando todos los peces. No murió enseguida. Los papás vinieron corriendo cuando escucharon el tiro y lo encontraron en el piso en un charquito de agua salada, sangre, peces que se daban vuelta y vidrios rotos. Decía shit, shit, shit, así, repitiéndolo, y después murió.

Al papá de Amy y Zoe no le gusta que la mamá les diga malas palabras porque dice que son muy chicas todavía, pero la mamá dice que así es el mundo, no es que ella haya inventado las palabras esas.

Ella dice también que el suicidio es la cosa más egoísta del mundo, y que no hay que hacerlo.