6. Amy saca una foto de la pequeña valija roja que Zoe utiliza para huir de casa. 

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Amy saca una foto de la pequeña valija roja que Zoe utiliza para huir de casa. Zoe huye de casa una vez por semana, como mínimo. Agarra al perrito y van y se sientan bajo el árbol de pera que todos los años al final del verano produce peras no comestibles que después su papá junta y tira a la basura. El árbol de pera está entre el jardín del fondo y el jardín de enfrente, tierra de nadie, donde Zoe cree que a nadie se le ocurrirá ir a buscarla.

Zoe pasa los quince o veinte minutos que le lleva huir de casa jugando con los animalitos de plástico que trajo en la valijita y distribuyendo las provisiones de manera uniforme entre ella y el perrito. Al perro le da las galletitas marrones, que tienen sabor a cordero y verduras. Para sí misma reserva las galletitas verdes, que tienen sabor a pollo. Las de manteca de maní las comparten entre los dos.

En el lado de la valijita donde están los animalitos y los Milk-Bones, se ve la imagen de una chica delante de una cerca blanca. Arriba están escritas las palabras Going to Grandma’s.

Pero la foto que saca Amy no muestra eso, porque lo que le interesa son las cosas que están adentro de la valija. Así que mientras Zoe está en el baño, Amy abre la valija y la despliega por encima de las sábanas arrugadas con estampado de constelaciones. Apunta su Polaroid hacia abajo, pero no entra todo en el cuadro, así que trepa por la cama y se coloca sobre las cosas de Zoe, apunta y aprieta el obturador rápido con el dedo índice.

De los muchos animales de plástico en su colección, Zoe eligió un elefante y una familia de jirafas. Después, más allá de la cajita de Milk-Bones, hay un cepillo de dientes, una media con un tiburón amigable que rodea el tobillo, y una foto en blanco y negro, enmarcada, de Dorothy y Toto, los dos mirando al horizonte. La foto es bien grande y ocupa un porcentaje enorme del espacio dentro de la valijita roja, y Amy se pregunta por qué su hermana la lleva cuando huye de casa, ya que no es nada más que un cachivache usado que el papá le compró un domingo en el mercado de las pulgas.

Zoe vuelve y la agarra in fraganti, parada todavía arriba de sus cosas, y grita y llora como una banshee hasta que Amy le ofrece un chicle sabor a frutas tropicales.