Los mejores recuerdos de mi niñez fueron los largos meses de vacaciones que pasaba con mis padres, mis tios y mis tres primas en nuestra casa de veraneo cerca del mar.
Norita, Susana, Graciela y Alicia (clockwise from top left), 1953.
En aquella ciudad de veraneo todas las casas tienen nombre, la nuestra se llamaba “La Santa María”, por ser vecina de otras casas llamadas “La Pinta” y “La Niña”, recordando a las tres embarcaciones de Cristobal Colón. Por ese motivo, sobre la chimenea del living de casa teníamos una maqueta de madera imitando la embarcación del descubridor de América.
Recuerdo las caminatas por la orilla del mar y los juegos de arena en la playa. Era nuestro programa de todas las mañanas.
Al mediodía volvíamos a casa y a la hora de la siesta, cuando nuestros padres dormían, nosotras las cuatro niñas nos divertíamos ensayando los espectáculos de teatro, circo, y funciones de magia, que daríamos al final de la temporada, invitando amigos y espectadores curiosos y ávidos de diversion.
Nuestro “Gran Circo” repetía sus funciones todos los años con mucho éxito y aplausos.
Este espectáculo nos dió grandes satisfacciones, ya que parte de las vacaciones las ocupábamos en los divertidos ensayos, en elegir la ropa, preparar el escenario, vender las localidades entre primos, vecinos, amigos y por supuesto a nuestros padres.
La Fiesta de Carnaval era respetada por nuestra familia y amigos, y todos los años nuestras madres confeccionaban o compraban hermosos disfraces.
Pienso que esas largas vacaciones nos dejaron a las cuatro primas el recuerdo de una época feliz de mucha fantasia e ilusiones.